Entrar en una cafetería en Portugal y pedir un café puede parecer sencillo. “Um café, se faz favor” (un café, por favor) dirías. Pero el café en Portugal es mucho más que una simple bebida: es toda una cultura, con su propio vocabulario y maneras de servirlo.
El café está tan arraigado en la vida diaria de los portugueses que entender sus particularidades es parte esencial de disfrutar un viaje a Portugal. Para un visitante acostumbrado al “café solo”, el “cortado” o el “café con leche” de España, la experiencia puede ser desconcertante. En Portugal, incluso el típico “café solo” tiene varias versiones, y pedirlo incorrectamente podría hacer que te sirvan algo más parecido a un espresso doble turbo que a lo que tenías en mente.
Un consejo: si te confundes con los nombres y te sirven algo inesperado, siempre puedes fingir que eso era justo lo que querías —los portugueses son tan amables que probablemente te sonreirán y hasta te desearán buen provecho. Al fin y al cabo, es parte de la experiencia… ¡y de las anécdotas de viaje que contarás a tus amigos!
Tipos de café
- Café: es el café solo, tipo espresso, que en Lisboa llaman bica y en Oporto se llama cimbalino. Es un café intenso.
- Abatanado: Se trata de una café sólo doble aunque menos intenso.
- Pingado: café cortado. Es un café que lleva un pingo de leche (para cortar un poco la acidez del café) y es algo menos intenso que la ‘bica’.
- Meia de leite: Se trata de un café con leche en taza pequeña. Los que viven en el norte de España saben perfectamente lo que es, ya que distinguen entre el café con leche normal y el mediano. Para los del sur de España, sería un café con leche en taza intermedia entre la del café solo y la del café con leche.
- Galão: Café con leche grande, de desayuno, siempre servido en vaso de cristal alto. Es el que típico que se toma en España para desayunar. Se acompaña de una cucharilla larga.
- Carioca: Café solo o café americano, más suave y “aguado”. También en algunos sitios ofrecen el ‘carioca de limão’, que no es café, sino una infusión de limón con su corteza natural, perfecto para días fríos.
- Garoto: Equivalente a un café cortado. Si se desea un cortado a la española mejor pedir un garoto escurinho (pronunciado “garoto escuriño”). Taza pequeña.
- Italiana: Café corto. Escaldado: café en taza que ha sido previamente calentada. No es un tipo de café sino una forma de servir el café.
- Descafeinado com leite. Los descafeinados suelen ser de máquina.
- Galão obscuro de maquina. Un galao con un poquito más de café.
Podemos pedir el café con adoçante (edulcorante). En algunos lugar el café se sirve directamente con pau de canela, es decir, un palito de canela en rama. Si no se sirve se puede pedir, es habitual. En Portugal algunas personas usan el palo de canela como pajita y sorben el café.
Dulces portugueses
El café en Portugal rara vez se toma solo; siempre viene acompañado de algo dulce o salado, y créeme, ¡hay opciones para todos los gustos! Entre los dulces, el más emblemático es el famoso pastel de nata (también llamado simplemente “nata”). Curiosamente, no tiene nata, sino que es una tartaleta de hojaldre rellena de crema tipo flan, horneada y ligeramente tostada en la parte superior. En Lisboa, los más célebres son los Pastéis de Belém, cuya fama es tan grande que podrías pensar que los turistas hacen cola allí para una audiencia con el rey, pero no, es solo por el sabor. Y, claro, puedes añadirles canela y azúcar glasé, porque la única manera de hacer algo tan delicioso mejor es añadirle más azúcar.
Cada región tiene sus dulces típicos para acompañar el café: en Évora, las queijadas (tartaletas de queso) son las reinas del momento cafetoso, mientras que en Azeitão puedes probar la torta de Azeitão, y así podrías seguir recorriendo Portugal con un café en una mano y un dulce en la otra.
Pero si prefieres lo salado, hay opciones para ti también. Los salgados o salgadinhos son pequeñas delicias saladas que suelen servirse tibias. Un clásico es el folhado misto, también conocido como merendinha, un hojaldre relleno de jamón y queso que te hará querer pedir otro más. También están las chamuças (de origen indio) y las empadas de galinha (empanadas de pollo). Básicamente, si eres de los que no sabe si prefiere dulce o salado, Portugal tiene una solución para ti: ¡prueba ambos!
Y no es extraño que los visitantes, especialmente los españoles, terminen llevando a casa una bolsa de café de la marca Delta como souvenir. Porque, después de todo, ¿qué mejor recuerdo que el sabor de ese café portugués tan lleno de historia y cultura? Eso sí, a ver si en casa consigues replicar la magia de los Pastéis de Belém… ¡buena suerte!